Lógica simbólica
Jan Lukasiewicz, filósofo y lógico polaco de primer orden,
afirmaba en el Congreso Internacional de Filosofía en Praga, 1934: “La lógica
matemática parece ser para muchos filósofos sólo una tendencia dentro de la
lógica junto a otras con igual derecho; para muchos matemáticos parece tener
solo el valor instrumental de ciencia creada para posibilitar los fundamentos
de la matemática. Debo acentuar que considero la lógica matemática como una
ciencia autónoma y que para mí sería imposible admitir fuera de la lógica
matemática otra ‘tendencia’ lógica que pudiera valer como lógica científica.
Históricamente la lógica matemática no es otra cosa que una fase del desarrollo
superior de la antigua lógica formal, la cual antes de poder llegar a su
perfeccionamiento debió apartar las vagas especulaciones filosóficas que
durante tanto tiempo detuvieron su progreso; felizmente pudieron apartarse
gracias a la cooperación de los matemáticos”.
La lógica simbólica o
matemática, tal cual adelantáramos, no es una lógica distinta de la lógica
clásica o aristotélica, sino que más bien, se trata de dos momentos en el
desarrollo de una lógica, dos momentos históricos. La lógica en su presentación
clásica, como silogística, obedecía a la obra de Aristóteles, pero Kant, en el
siglo XVIII, afirmaba que, desde ese inicio, la lógica no había dado un paso
adelante ni atrás. En realidad, esta afirmación kantiana no se alejaba de la
realidad, excepto por algún intento solitario de G. Leibniz. Sin su
aporte, con el cual pretendió crear una especie de lenguaje universal, al modo
de las matemáticas, a partir del cual todos los problemas podrían ser resueltos
de un modo mecánico como un cálculo, la lógica no había realizado grandes
progresos desde Aristóteles.
Sin embargo, a fines
del siglo XIX y comienzos del XX, la lógica experimenta un
vertiginoso avance, difícil de prever desde la perspectiva de la lógica
clásica. Este avance obedece, en buena medida, a los aportes de Boole,
Morgan, Schroeder y muy especialmente, Frege.
Estos aportes consisten, a
grandes rasgos, en llevar a cabo una completa formalización del lenguaje. Como
consecuencia de ello, se puede considerar la lógica desde una perspectiva
matemática, lo cual le confiere otro rigor y precisión. Con estos nuevos
elementos, la nueva lógica mostrará otro alcance y profundidad, pudiéndose
realizar en ella, no solo todas las operaciones que se podían realizar en la
lógica clásica, sino que además, es posible solucionar los problemas que esta
no solucionaba y también analizar nuevos tópicos.
Características de la lógica simbólica o matemática
La lógica simbólica, como ya
se dijo, se distingue por el uso de instrumentos más refinados que la lógica
clásica, antes que por el objeto de sus estudios. Anotemos ahora algunas de sus
características distintivas:
a) La
lógica simbólica se construye de un modo totalmente formalizado, o sea, que
utiliza los símbolos como si fueran signos materiales, sin tener en cuenta su
significación. Si bien la lógica clásica poseía cierto grado de formalización,
presentaba expresiones del lenguaje natural que hacían ambiguas algunas de sus
consideraciones. El tratamiento técnico que es posible darle a las
argumentaciones obedece a la formalización.
b) Las
expresiones se transforman mediante la aplicación de reglas de operación
exactas y explícitas. Esto permite operar en la lógica como un cálculo.
c) La
utilización de una simbología para el proceso de la formalización se lleva
a cabo de una manera
consecuente y completa. Esta característica se
conoce como
simbolización.
d Las
características anteriores permiten presentar muchos capítulos de la
lógica simbólica como sistemas axiomáticos. (Axiomatización).
La lógica simbólica tiene
diversas partes. Nosotros consideraremos su parte más elemental, la que a su
vez, aparece como cimiento de las otras partes, puesto que estas la presuponen.
La lógica proposicional
La lógica proposicional,
también llamada lógica de enunciados o lógica de
conectivas interproposicionales, es la parte de la lógica que estudia el modo
de construcción de enunciados a partir de otros enunciados.
No le interesará, pues, a esta
parte de la lógica, el modo en que se construyen enunciados a partir de
elementos que no sean ellos mismos enunciados. Así, por ejemplo, la
construcción de un enunciado por predicación, es decir, por la adjunción de un
predicado a una variable de individuo o a un nombre, no será estudiado en la
misma. Esta construcción, así como otras similares (incluida la
cuantificación), será tratada en otra parte de la lógica, la que
denominamos lógica predicativa o lógica de cuantificadores.
En este dominio lógico, nos
ocuparemos de las proposiciones considerándolas como un todo, o sea, sin
descomponerlas en sus partes; en este sentido prescindiremos de la estructura
interna de las proposiciones, y consideraremos proposiciones a lo que
entendíamos por enunciados, o sea, las afirmaciones susceptibles de ser
declaradas verdaderas o falsas.
En este sentido son
proposiciones o enunciados, expresiones tales como “la miel es dulce”,
“llueve”, “2 x 3 = 6”.
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