filosofia

miércoles, 19 de junio de 2019


Identidad y Cultura

Entre los múltiples fenómenos y consecuencias que el mundo globalizado ha generado,  emerge la posible disolución cultural de las identidades de los pueblos. Sin embargo, la investigación, el análisis, las reflexiones y la interpretación crítica de los temas y conceptos sobre cultura e identidad en América Latina lejos están de haberse agotado; estos  resurgen en el nuevo pensamiento latinoamericano con una fuerza mayor tanto en la teoría como en la práctica socio-política en los países de América Latina.
“En efecto, la globalización del capitalismo mundial es un proceso histórico-social  que ha producido, nuevas realidades en el concierto internacional así como transformaciones en las relaciones socio-culturales mundiales. Entre estos cambios resaltan las diversas crisis globales que han alterado la política, la economía, la sociedad y particularmente, la cultura y los procesos pluriculturales e interculturales globales así como la amenaza a las identidades culturales a nivel internacional”.
En América Latina, las identidades culturales y sus nuevas formas de hacer y de pensar, están definiendo los rumbos de  las  sociedades y las naciones latinoamericanas. Se vive  en un mundo en el que van juntos el renacimiento de las identidades locales; aquello que había estado históricamente de alguna forma subordinado, ahora invade y busca reconocimiento y justicia.
“Hoy observamos que son las culturas las que en la actualidad están en pie de guerra, de marcha, de afirmación y explosión. Y lo que demandan los individuos que las impulsan es la libertad para decidir sus propios destinos y libertad para elegir su identidad y sus formas de participación.”
En este sentido, la cultura y las identidades culturales han dejado de ser el reflejo de los dictados de las élites económicas. Ellas ordenan sus propios contenidos y orientaciones sociales, como lo prueban los nuevos movimientos sociales indígenas, que llevaron al poder al actual presidente de Bolivia, Evo Morales.
Las luchas políticas en América Latina y en el mundo, defienden cada vez más el modelo cultural de la sociedad y sentidos de vida colectivos, donde la diversidad cultural, el respeto, el reconocimiento a las culturas nacionales sean tenidos en cuenta, se integren al desarrollo y no sean excluidas de este.
En América Latina, las identidades y culturas tradicionales como las campesinas, indígenas y negras, resisten y construyen nuevas alternativas a la dominación de la globalización cultural, lo que ha  impedido el injerto  automático de otras culturas foráneas por su capacidad de defender lo propio, lo autóctono de estas tierras.
 
De ahí entonces, la importancia y la necesidad impostergable de analizar desde la visión histórica y la perspectiva actual, el pensamiento filosófico y político latinoamericano y los temas de la identidad y la cultura de América Latina, para comprender la ubicación y el papel de la identidad latinoamericana en el mundo global que nos asiste hoy.

El problema de la identidad y de la cultura en el pensamiento latinoamericano tiene      gran un camino recorrido, todos los que han planteado el tema por una causa u otra, han contribuido al análisis que se haga para comprender mejor el impacto que ha tenido el proceso de globalización en América Latina. Entre los más descollantes pensadores a tomar en cuenta para comprender este fenómeno está el cubano José Martí, mostraremos algunos elementos de su concepción de identidad en Latinoamérica.
Desarrollo
Cultura e identidad latinoamericana desde la visión de José Martí 
José Martí y su reflexión sobre la identidad cultural y sobre todo, la cuestión de lo indígena y lo étnico como fundamento de lo latinoamericano, resultan esenciales para el conocimiento de la historia cultural, social y política, de las formaciones sociales de América Latina y a la vez, un marco de referencia fundamental para interpretar el significado del resurgimiento de los movimientos indígenas latinoamericanos en el inicio del siglo XXI.

José  Martí no elaboró una teoría implícita de la cultura, pero los conceptos y reflexiones sobre cultura e identidad si están a través de toda su obra y constituyen elementos  esenciales de ella. Es importante destacar que el pensamiento martiano sobre América Latina constituye un obligado referente para el análisis de lo que nos identifica y diferencia del resto del mundo. Para  ello tiene en cuenta tres niveles de percepción “el que emana del conocimiento de la situación del indio y de las formas de gobierno en aquellas repúblicas latinoamericanas que han preservado algunas de las viejas instituciones coloniales o su espíritu; el que imita críticamente formas de ser procedentes de países con una historia, una cultura y una composición social diferente de las del orbe latinoamericano  y el que se relaciona con la esfera de la cultura, vista por Martí como el gran instrumento que permitiría reducir las enormes disparidades del desarrollo cultural y educativo entre las naciones latinoamericanas y el nivel cultural alcanzado en los países dominantes ”.
En palabras del propio Martí: “A conflictos propios, soluciones propias. A propia historia, soluciones propias. A vida nuestra, leyes nuestras”. En efecto, el fundamento teórico que permite explicar el pensamiento de José Martí es su concepto de identidad latinoamericana, notable para su época por su originalidad, sentido de autoctonía y proyección hacia el futuro. 
              
El pensamiento Martiano puede ser analizado a través de los diferentes momentos de su vida, lo que no implica que” su ideario deje de ser fiel a sí mismo desde sus primeros escritos de adolescente hasta su caída en combate. Sus ideas se sientan, en su toma de partido desde muy joven con “los pobres de la tierra” y, en su palpable voluntad de autoctonía intelectual y de proyecciones sociales.”

Para América Latina, Martí fue quien, en su notable ensayo de finales del siglo XlX, “Nuestra América”, convocó a construir un saber desde lo latinoamericano y para latinoamericanos, que les permitiera a los pueblos de la región, conocer mejor aquellos aspectos que habían sido ocultados por las versiones europeas de nuestra historia y por las explicaciones anticientíficas de la condición de una América Latina atrasada y salvaje;  por preservar los valores de la autoctonía y de la identidad latinoamericana, como modos esenciales del devenir del hombre concreto en su naturaleza social.
El pensamiento martiano siempre giró en torno a la necesidad imperiosa de conocer y resolver los conflictos y problemas latinoamericano por los habitantes de nuestras tierras, que las soluciones tenían que emerger de adentro y no desde otras potencias foráneas.
Para  Martí, los valores que identifican una nación constituían los elementos integradores de la unidad de las diversidades culturales latinoamericanas, pero “fundamentadas en el rechazo a un mundo dividido entre civilización y barbarie y la preservación de las tradiciones y elementos de la autoctonía de los originales de Nuestra América”. En efecto,  repudió radicalmente la concepción europea y colonialista de un mundo dividido en civilizados y bárbaros, visión racista y excluyente, basada en la negación de las diferencias y de las identidades culturales de todos aquellos que no fuesen europeos. 

Martí advertía que en la identidad latinoamericana debían permanecer las tradiciones, los elementos, las costumbres y la idiosincrasia que caracterizan las formas y modos de vida espiritual y existencial de los pueblos autóctonos, originarios de nuestras tierras de América.: “¡El espíritu de los hombres flota sobre la tierra que vivieron y que se le respira. ¡Se viene de padres de Valencia y madres de Canarias y se siente correr por las venas la sangre enardecida de Temanaco y Paracamoni y se ve como propia la que vertieron por las breñas del cerro del Calvario, pecho a pecho con los Gonzalos de férrea armadura, los desnudos y heroicos caracas¡”. 
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El pensamiento de José Martí, se caracteriza por la racionalidad del ideario humanista, por su compromiso con los pobres de la tierra, por la defensa de la identidad de los pueblos del nuevo mundo, por su perspectiva del devenir histórico latinoamericano en su proceso de resistencia y de lucha de liberación, que se ha establecido entre las dos América: la sajona conquistadora y la latina conquistada. Pero el análisis de la identidad cultural en el pensamiento martiano se inicia, a partir de la percepción que nuestro héroe nacional cubano tiene sobre la identidad latinoamericana.
José Martí describió, un concepto de identidad latinoamericana verdaderamente avanzado  y crítico para su tiempo y su época.

 “Interrumpida por la conquista, la obra natural y majestuosa de la civilización americana, se creó con el advenimiento de los europeos un pueblo extraño, no español, porque la savia nueva rechaza el cuerpo viejo; no indígena, porque se ha sufrido la injerencia de una civilización devastadora, dos palabras que, siendo un antagonismo, constituyen un proceso; se creó un pueblo mestizo en la forma,  que con la reconquista de su libertad desenvuelve y restaura su alma propia [...] nuestra América robusta [...] Toda obra nuestra, de nuestra América robusta, tendrá, pues, inevitablemente el sello de la civilización conquistadora; pero la mejorará, adelantará y asombrará con la energía y creador empuje de un pueblo en esencia distinto, superior en nobles ambiciones”.

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