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jueves, 27 de junio de 2019


Filosofia politica latinoamericana


El tema de la filosofía latinoamericana presenta una duda inicial, José Gaos se ha preguntado “¿Hay razón de ser hombres de lengua española o de América para no satisfacerse con la filosofía, por ejemplo, de lengua inglesa o con la filosofía Europea sino, Asiática?1”. Sabemos que la humanidad ha desarrollado una rica tradición filosófica. Las problemáticas que han aquejado a cada época están prolijamente detalladas en una multiplicidad de textos, hoy día, canónicos. Entonces, ¿existe alguna razón para que nosotros, hombres de esta América, no nos contentemos con esta rica tradición? Parece que si, porque la historia de las ideas en Latinoamérica está marcada por un deseo constante de encontrar el camino de la propia filosofía. Si para los primeros filósofos griegos la filosofía es afán de saber, ese afán, en Latinoamérica siempre se ha presentado como la voluntad de dar respuesta nada más y nada menos, a nuestra capacidad y posibilidad de pensar. Tal es el desafío lanzado desde los primeros escritos surgidos en el continente; interrogación por una filosofía americana que se reconoce como un planteamiento desde América y para americanos, problemática que contradice histórica y temáticamente la intención de situar la filosofía como una reflexión referida a problemas universales, eternos, y en tanto que tal, no sometida a determinaciones temporales ni regionales.
2  José Vasconcelos, citado por Manfredo Kempff Mercado en HISTORIA DE LA FILOSOFÍA AMERICANA.

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Cuando se pregunta por la existencia de una filosofía americana, se hace partiendo del sentimiento de una diversidad, es la conciencia de la distinción y la diferencia, lo que guía el ejercicio teórico desde el contexto regional al plano de las ideas. Para el mexicano José Vasconcelos, subyace en esta preocupación un deseo de reconocimiento e identidad: “Bien visto y hablando con toda verdad, casi no nos reconoce el europeo ni nosotros nos reconocemos en él. Tampoco sería legítimo hablar de un retorno a lo indígena (...) por que no nos reconocemos en el indígena ni el indio nos reconoce a nosotros. La América española es de esta suerte lo nuevo por excelencia, novedad no sólo de territorio, también de alma”2.
3La duda que se presenta frente al planteamiento de Vasconcelos es acerca del carácter de la distinción, en base a qué surge este sentimiento de distinción o mejor aún, ¿cuáles son los caracteres distintivos que ofrece el pensamiento filosófico latinoamericano? Lo cual a su vez nos lleva a preguntarnos acerca de la unidad de pensamiento en nuestra región. ¿Es lícito tomar a Latinoamérica como un solo cuerpo?
3  Esto puede ser constatado desde el desarrollo que tubo el positivismo en el siglo XIX, hasta los c (...)
4  Alejandro Korn. FILOSOFÍA ARGENTINA. En obras completas. Ed. Claridad. Buenos Aires. Pág. 29.
4En primer lugar, se ha tomado a Latinoamérica como un solo cuerpo, en virtud de la similar evolución que han tenido las ideas en los distintos países. En Chile, en México, en Argentina, en Perú y en gran parte del continente, se dan los mismos períodos de desenvolvimiento filosófico. Además operan las mismas influencias con efectos análogos y se producen muy semejantes frutos intelectuales. Lo último, además, es significativo para comprender las diferencias de la reflexión latinoamericana con el pensar europeo. Si bien es cierto, las corrientes filosóficas llegan como influencias continentales –en la mayoría de los países los mismos autores y tendencias en un mismo período de tiempo3–, también, es fácil constatar, que los pensadores locales, al apropiarse de ellas, las han desarraigado de sus creadores, las han deformado hasta hacerlas irreconocibles a los ojos de sus autores. En los albores del pensamiento latinoamericano, un argentino, Alejandro Korn, ya daba cuenta de ello: “De allende los mares recibimos, en efecto, la indumentaria y la filosofía confeccionadas. Sin embargo; al artículo importado le imprimimos nuestro sello. Si a nosotros se nos escapa, no deja de sorprender al extranjero que nos visita; suele descubrirnos más rasgos propios –buenos o malos– de cuanto nosotros mismos sospechábamos”4.



El nosotros en latinoamerica



La idea fundamental de una Filosofía del nosotros, parte de la realización de lo plural-diverso, humano y social-histórico. Seria entonces, el re-encuentro del sujeto, su valoración en sí mismo en la pluralidad-diversidad y el contexto social-histórico. Aquí la idea del sujeto abstracto de concretiza en el con-vivir con lo demás en armonía con el entorno […]

La idea fundamental de una Filosofía del nosotros, parte de la realización de lo plural-diverso, humano y social-histórico.
Seria entonces, el re-encuentro del sujeto, su valoración en sí mismo en la pluralidad-diversidad y el contexto social-histórico. Aquí la idea del sujeto abstracto de concretiza en el con-vivir con lo demás en armonía con el entorno social y natural, en la configuración del nosotros, así cobra sentido la 



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Filosofía del nosotros.

Este planteamiento encuentra su mayor exposición en Roig, Arturo 2009 (1981) Teoría y crítica del pensamiento latinoamericano (Argentina: Una Ventana), con el concepto a priori antropológico, cuya extensión recoge crítica y mitológicamente los argumentos de esta Filosofía. “Se trata de una meditación en la que no solo interesa el conocimiento, sino el sujeto que conoce, el filósofo en particular, en su realidad humana e histórica” (Roig, 2009: 9)

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Esta Filosofía adquiere su verdadero valor cuando el sujeto (en plural) se afirma como valioso en sí mismo, aquí el concepto pueblo es el articulador y se redimensiona en la comprensión de la historicidad de todo ser humano, no la superioridad de uno sobre otro. Esta es una nueva vuelta al humanismo.
Esta concepción es entre otras cosas, una Filosofía transformadora – liberadora, donde se afirma el sujeto (en plural) en la plena realización del nosotros. La consigna sería “ponernos para nosotros y valer sencillamente para nosotros”, Roig sostiene que esto está en clave hegeliana, cuando el filósofo de Stuttgart, señala “la Filosofía exige un pueblo”, es decir la plena reafirmación del sujeto (en plural), esa es la transición hacia el nosotros.

La concepción del nosotros está referida a la diversidad, no la unidad ni a lo idéntico, que por extensión nos lleva al tema nacional (de identidad) o nacionalismo chauvinistas, que fue aprovechado en el terreno político por el populismo, que en el mayor de los casos encubre la diversidad del nosotros, por el nosotros de masa sin conciencia, diría Ernesto Laclau “adoración de un caudillo”. Entonces las respuestas a las preguntas por el nosotros han de encontrarse en la diversidad. En la arena política seria a la diversidad de opciones, no la de un único líder (en alemán Führer).


La tirania del yo


Vivimos bajo la tiranía del YO. Yo lo primero y por encima de todo: mi libertad, mi carrera profesional, mi éxito, mi espacio, mi tiempo, mi opinión, mi criterio….y eso necesariamente se da de tortas con la familia.
Pedro Mejías, Leonor Tamayo, Amelia Bueno y Teresa García Noblejas. /Actuall
El otro día tuve el privilegio de participar en uno de los Encuentros Familia Vida y Libertad que organiza HazteOir.org en Cádiz a cargo de Pedro Mejías, en el Puerto de Santa María.
Pedro me había invitado a presentar mi libro, ‘Mi Historia y Once Más‘ (ed. Áltera) junto con dos ponentes de excepción: Teresa García-Noblejas y Amelia Bueno. Y aunque con cierto pudor, hice lo que me pidieron y por cierto disfruté muchísimo. Hablamos ante un montón de gente: un montón de gente en la sala que estaba abarrotada y otro montón fuera en la calle abucheándonos, gritando e insultando….(en fin, cosas de la dictadura del pensamiento único).
Actuall depende del apoyo de lectores como tú para seguir defendiendo la cultura de la vida, la familia y las libertades.
El tema en el que se englobaba la presentación del libro era “La familia natural, ¿en crisis?”. Por mi parte planteé sobre todo una idea que está latente a lo largo, creo, que de todos los capítulos de “Mi Historia y Once Más”,  y es que no es la familia la que está en crisis sino las personas.
«Cuando nos dejamos dominar por la tiranía del YO, entonces la familia nos molesta, nos estorba y nos agobia porque somos incapaces de adaptarnos a ese esquema del amor desinteresado y generoso»
Vivimos bajo la tiranía del YO. Yo lo primero y por encima de todo: mi libertad, mi carrera profesional, mi éxito, mi espacio, mi tiempo, mi opinión, mi criterio….y eso necesariamente se da de tortas con la familia, porque la familia es el lugar en el que uno piensa antes en el otro que en sí mismo. En la familia lo primero es el amor que nos tenemos unos a otros, queremos que nuestro marido, nuestra esposa, nuestros hijos, nuestros padres y hermanos sean felices, y, a pesar de nuestras miserias y debilidades, lo intentamos con todas nuestras fuerzas y si nos equivocamos y fallamos, pedimos perdón.
Cuando nos dejamos dominar por la tiranía del YO, entonces la familia nos molesta, nos estorba y nos agobia porque somos incapaces de adaptarnos a ese esquema del amor desinteresado y generoso. Entonces rechazamos formar una familia o renegamos de la nuestra. Creo que de ahí vienen las crisis, la soledad y la frustración. Sólo desde el amor desinteresado se puede construir la felicidad tanto personal como en el matrimonio y la familia e incluso en la vida profesional. Y es que el que sólo se busca a sí mismo, lo único que encuentra es… ¡a sí mismo!
Y en el caso de la mujer, que a fin de cuentas es el tema del libro, todo esto ha sido convenientemente aderezado por el feminismo radical y la ideología de género. Se trata de anular esa esencia propia femenina que se caracteriza -más aún si cabe que en el hombre- por la entrega a los demás. En palabras de san Juan Pablo II: “La mujer no se encuentra a sí misma si no es dando amor a los demás”. Por eso en la familia la mujer se realiza plenamente, muy al contrario de los que las ideologías feministas nos venden.



El ensayo latinoamericano en la era contemporánea

Tras un largo período de dictaduras sangrientas, golpes de estado y problemas sociopolíticos, América Latina entra en la era contemporánea. Los estados, recién nacidos a veces, buscan una forma de autodefinirse dentro de las ideas sociales y la toma de conciencia del ser latinoamericano. Desde los primeros años de la Independencia el ensayo es el arma que utilizan los federales en su lucha contra los centralistas. Se escriben obras revolucionarias que desempeñan un papel primordial en la formación de las ideas sociales.

Así que desde el siglo XVIII tenemos ensayos que juegan un papel definitorio en la vida socio-política de América Latina. Muy conocidos son los panfletos de Antonio Nariño (1765-1823) y el Discurso preliminar a los americanos (1797) que utiliza el autor en su lucha contra Camilo Torres Tenorio (1766-1816) y en su intento de pasar sus ideas centralistas. Por otro lado, José Martí (1853-1895) en Nuestra América (1891) es el primero en entender el peligro que supone el imperialismo norteamericano y en su ensayo trata de avisar a sus compatriotas exponiendo su pensamiento antiimperialista. Cabe mencionar que Martí, el Apóstol de Cuba, es también el precursor ideológico de la Independencia cubana que supuso un gran cambio social y político para la isla.

José Carlos Mariátegui (1894-1930) con su libro Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana (1928) es un caso diferente. La ortodoxia marxista de Mariátegui lo hace percibir a los indígenas como parte del proletariado mundial. En su obra es obvia la idea de que la sociedad andina debe cambiar, y propone la vuelta al pasado precolombino. Por otro lado, Haya de la Torre (1895-1979), (Por la emancipación de la América Latina, 1927 y Espacio-tiempo histórico, 1948) apoya que el equilibrio social puede ser adquirido dentro de la nacionalización de las tierras y el rechazo del imperialismo.

Por lo que se refiere a la toma de conciencia de la esencia del ser latinoamericano podemos destacar muchas figuras. La importancia de esta búsqueda de una identidad es obvia en José Enrique Rodó (1871-1917) y su Ariel (1900) que pone las nuevas bases para la dicotomía “civilización y barbarie”.  Ariel es una obra-testimonio “del espiritualismo americano” en la que su autor dentro de la estética de la Grecia Clásica advierte a la juventud del peligro norteamericano. Rodó aporta que los latinoamericanos deben encontrar su identidad siguiendo el ejemplo de los griegos antiguos. Pasando a los ensayistas más recientes, podemos mencionar a Pedro Henríquez Ureña (1884-1946) que dentro de su obra Seis ensayos en busca de nuestra expresión (1928) estudia el pasado y “los problemas aún no superados”. Ureña aporta que “Europa está en eclipse”[1] y América con su pasado indio tiene otras necesidades, así que encontrar una expresión cultural auténtica, a través del pasado, resulta imprescindible. Alfonso Reyes (1889-1959) con su Visión de Anáhuac (1917) y sus ideas revolucionarias y contra nacionalistas trata de descubrir y promover la esencia mexicana. El ya mencionado Mariátegui expresa sus ideas sobre la necesidad de buscar la identidad dentro del pasado incaico y de los ayllus. Piensa que las culturas precolombinas van a renovar tanto el presente cultural como la sociedad del país andino
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Cabe mencionar que Reyes ejerció gran influencia sobre dos de los más conocidos ensayistas de nuestro siglo: Carlos Fuentes (1928-2013) y Octavio Paz (1914-1998). Muchas de las obras de Paz fueron publicadas con la ayuda de Reyes[2]. Paz, en El laberinto de la soledad(1950), nos da un “análisis del carácter mexicano” y de la singularidad mexicana. Los mexicanos, según Paz, son una raza muy peculiar: son pobres, pero tienen más fiestas que los demás; la muerte es un juego para ellos, la desprecian[3]. Así que dentro de esa obra podemos profundizar en el pensamiento del pueblo mexicano y encontrar la verdadera quintaesencia del ser mexicano.



EL TRATADO FILOSOFICO EUROPEO

 ¿Qué es el tratado filosofico?

Consiste en una produccion literaria que se presenta como dearrollo y conclusion de un tema cientifico o filosofico.
Se estructura bajo compartimientos llamados apartados que sirven para exponer de una manera logica, detallada, acrítica y expositiva las torias.
El tratado es un instrumento que ha servido de exposicion de ideas de Aristoteles, pasando por la Edad Media y la Ilustracion.
Las caracteristicas del tratado filosofico son:

dogmatismo
rigurosidad
logica
pretension de validez universal y concluyente.

 EL TRATADO ARISTOTELICO
Se caracteriza por la rigurosidad de su discurso basado en principios logicos y racionales. Recurre a la ciencia de la retorica que consiste en el uso de la palabra persuasiva para convencer de la verdad ultima.
El curso del argumento es a menudo interrumpido por digresiones, a medida que surgen puntos de las dificultades o se siguen posibles objeciones y hay numerosas repeticiones, y es atacado el mismo problema desde angulo0s similares o levemente diferentes en varias ocaciones.

 EJEMPLO Y ANALISIS DEL EXTRACTO DE TRATADOS
“Si existe, pues, algún fin de nuestros actos que queramos por él mismo y los demás por él, y no elegimos todo por otra cosa -pues así se seguirá hasta el infinito, de suerte que el deseo sería vacío y vano – es evidente que ese fin será lo bueno y mejor.”[3] Con respecto a esto, Aristóteles se plantea la posibilidad de un bien por el cual todos los demás alcancen su sentido. Efectivamente, este bien por el cual elegimos todas las cosas es la felicidad: ella es quien da sentido a todo cuanto hacemos."
Como todo tratado expone la idea filosofica relacionada con la etica la cual es el principio que va ha demostrar logicamente en el desarrollo del texto. La pregunta con su respectiva respuesta denota el caracter racional y riguroso de su discurso


miércoles, 19 de junio de 2019


Tratado Filosofico



Sin duda alguna, los problemas filosóficos más fundamentales se encuentran hoy como nunca al centro de las preocupaciones del hombre actual, y ello, hasta el punto de invadir todos los campos de la cultura: la literatura (novelas, ensayos, poesía...), el teatro, el cine, la radio-televisión, e incluso la canción.
En ellos se encuentran constantemente evocados los eternos temas del pensamiento humano: el sentido de la vida y de la muerte, el sentido del bien y del mal, el fundamento de los valores, la dignidad y los derechos de la persona humana, la confrontación de las culturas y de su patrimonio espiritual, el escándalo del sufrimiento, de la injusticia, de la opresión, de la violencia, la naturaleza y las leyes del amor, el orden y el desorden en la naturaleza, los problemas relativos a la educación, a la autoridad, a la libertad, el sentido de la historia y del progreso, el misterio del más allá, y finalmente, sobre el fondo de estos problemas, Dios, su existencia, su carácter personal y su providencia.
La filosofía, aun teniendo necesidad del aporte de las ciencias experimentales, se presenta como una ciencia distinta de las otras, autónoma y de máxima importancia para el hombre, el cual siente interés no sólo por observar, describir y ordenar los varios fenómenos, sino también y sobre todo por comprender su verdadero valor y su más íntimo sentido.

 
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Etimológicamente, la palabra tratado proviene del latín Tractatus, y consiste en una producción literaria que se presenta como desarrollo y conclusión de un tema científico o  filosófico. El tratado se estructura bajo compartimientos llamados apartados que sirven para exponer de una manera lógica, detallada, acrítica y expositiva las teorías. Por su pretensión conclusiva, el tratado presenta las ideas como un sistema con validez universal y objetiva, como saber conclusivo e incuestionable. Como el tratado concluye las temáticas que desarrolla, también se lo considera como el cierre de una disputa dialéctica. Además, el tratado presenta saberes basados en una estructura lógica y solo bajo este criterio es juzgada su validez. El tratado es instrumento propio de la filosofía occidental, que ha servido de instrumento de exposición de ideas desde Aristóteles, pasando por la Edad Media y la Ilustración, hasta llegar a Ludwig Wittgenstein. En resumen, podemos decir que las características del tratado filosófico europeo son: dogmatismo, rigurosidad, lógica y pretensión de validez universal y concluyente



Hacen referencia a los diferentes eventos que son desarrollados por eso llamado la filosofía. Vamos a presentar de manera sencilla qué son y qué temas abordan cada uno de ellos:


COSMOGONÍA: conjunto de teorías míticas, religiosas, filosóficas, científicas relacionadas con el origen del universo y su estado actual; éste concepto asimiló al concepto cosmología.

METAFÍSICA: es un campo de la filosofía que se centra en el estudio de la realidad última, lo esencial. La metafísica se divide en Ontología, que analiza las clases de seres que hay o que existen en el universo y la Metafísica que se centra en describir los rasgos más generales de la realidad, esa realidad se manifiesta en planos abstractos; la ontología, en cambio, tiene más relación con el plano físico que experimenta la existencia humana. El origen de la Metafísica está en Aristóteles al intentar definir  el SER, pero el término fue realmente introducido por Andrónico de Rodas, quien clasificó las obras de Aristóteles en: libros de física y los que están luego de la física, es decir, la meta física.

ANTROPOLOGÍA: es el estudio de los seres humanos desde una perspectiva biológica, social y humanista. se divide en Antropología física que estudia la evolución y adaptación fisiológica de los seres humanos ; Antropología Social o Cultural, que analiza las formas en las que los seres humanos viven en sociedad, cómo ha evolucionado la cultura. ( cultura: todo lo que el ser humano ha elaborado y realizado a lo largo de su historia).

GNOSEOLOGÍA: campo de la filosofía que analiza la naturaleza, posibilidad y límites del conocimiento; analiza el origen del conocimiento como problema filosófico; estudia los distintos tipos de conocimiento que pueden alcanzarse y el problema de su fundamentación.

EPISTEMOLOGIA: es una rama de la filosofía que trata de los problemas que tienen relación con lo que se denomina Teoría del Conocimiento. Define los conceptos relacionados con el saber, sus fuentes, tipos de conocimiento posibles y su grado de certeza; además establece la relación entre el objeto conocido y el ser que conoce ( de aquí surgen el Empirismo y el Racionalismo como corrientes filosóficas que fundamentan el conocimiento).

AXIOLOGÍA: es la teoría de los valores, tanto de los positivos como de los negativos; considera qué es o no es valioso y le da fundamentación a los juicios que admiten esas determinaciones.
ÉTICA: es el campo filosófico que refiere a las pautas o normas de conducta humana en el ámbito social y de acuerdo a unos principios fundamentales considerados como el Bien Supremo, la Virtud, la Felicidad, el Placer, la Obligación, la Tendencia a la Perfección. Esos principios pretenden el pleno desarrollo de las potencialidades humanas. La ética ha sido confundida con la Moral, ésta se refiere a las normas o costumbres de carácter personal y que tienden a fortalecer lo bueno, diferenciarlo de lo malo y así establecer pautas de conducta individuales.

ESTÉTICA: desde la perspectiva filosófica es el estudio de lo bello, lo placentero, lo que inspira sentimientos positivos en el ser humano.
POLÍTICA: los antiguos Griegos acuñaron el término y hace referencia, en su sentido original, al arte de gobernar o dirigir la Polis o Ciudad Estado.

TEODICEA: es un campo de la filosofía que fue promovido por LEIBNIZ; fundamentalmente pretende justificar racionalmente la existencia de Dios; se le denomina también como Teología Natural que se opone a la Teología Sobrenatural, esa que explica la existencia de Dios por medio de la fe, la revelación.


En conlusion el tratado filosofico se caracteriza al tratado, es cuestionar el principio de causalidad y efecto que determina la razón. Para Hume este principio se sostiene por la creencia y la costumbre, y no por un principio racional y lógico. Primero explica que dos tipos de objeto, por ejemplo, la llama y el calor están siempre unidos porque la mente se ha acostumbrado a relacionarlos de acuerdo con su vivencia y experiencia, y se da un instinto natural que ningún razonamiento puede evitar. Entonces, según la propia lógica de su exposición filosófica, es la costumbre la que nos hace pensar que una cosa resulte de otra, como el calor de la llama, y no un principio lógico de causa-efecto.

                                   

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Filosofos Latinoamericanos


Existen filósofos latinoamericanos destacados que han contribuido de forma importante con sus teorías, reflexiones y conocimientos al mundo de la filosofía.
La actividad filosófica en América Latina se ha caracterizado históricamente por una tremenda diversidad en su enfoque de estudio y práctica. En general, los latinoamericanos han estado atentos a los desarrollos filosóficos en el resto del mundo y, a través de los años, han adoptado distintas posturas filosóficas: progresivas como conservadoras, tanto pragmáticas como idealistas, materialistas y espiritualistas.
 
 
 


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Constantemente existen intereses y proyectos en América Latina debido a la práctica activa y diversa de la filosofía, el interés popular, en ocasiones el fomento gubernamental, la conciencia cultural de lo que ocurre en otros continentes y la esperanza generalizada en la educación como la clave para el desarrollo.
La influencia filosófica europea fue crucial durante el siglo XX, debido en buena parte a la llegada de filósofos españoles exiliados tras la caída de la República. Las enseñanzas del filósofo español Ortega y Gasset, por ejemplo, fueron un elemento importante en la formación de las reflexiones filosóficas latinoamericanas.

Las corrientes filosóficas europeas se adaptaron a la realidad latinoamericana gracias a un proceso de auto-examinación (¿Qué condición del pensamiento o del ser es única a América Latina?).
Áreas de estudio filosófico como la identidad cultural, el pensamiento feminista, la filosofía de la liberación y el marxismo están muy conectadas con el pensamiento filosófico latinoamericano.

1-Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695)

 Pensadora mexicana, representante de la corriente humanista y primera filósofa en cuestionar la condición de la mujer dentro de la sociedad latinoamericana.

2- Andrés Bello (1781-1865)
 Filósofo y político venezolano, considerado uno de los humanistas más importantes de América Latina. Fue maestro de Simón Bolívar y tomó parte del proceso que culminaría en la independencia venezolana.

3- Juan Bautista Alberdi (1810-1884)
 Fue un intelectual, artista y filósofo argentino. Se le considera el autor intelectual de la Constitución Argentina de 1853. Fundador de la Generación del ’37, corriente intelectual adherida a la democracia liberal.

4- Justo Sierra (1848-1912)
 Intelectual mexicano, artífice de la fundación de la Universidad Nacional de México (actual Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM).
Llamado el “Maestro de América”, título otorgado por varias universidades latinoamericanas. Uno de los pensadores más influyentes en la historia moderna de México.

5- José Martí (1854-1895)
 Escritor, pensador y filósofo cubano que lideró la Guerra de Independencia de Cuba. Su influencia fueron corrientes modernistas y liberales.

6- Francisco Romero (1891-1962)
 Inició la “generación de fundadores”, que reunió a filósofos activos alrededor de 1910 y que fueron formados en el positivismo, al que finalmente se rebelaron. Nació en Sevilla pero emigró a Argentina a temprana edad y fue ahí que realizó su obra filosófica.
Propuso en 1940 el término “normalidad filosófica” al nombrar el “ejercicio de la filosofía como función ordinaria de la cultura” en América Latina.


Identidad y Cultura

Entre los múltiples fenómenos y consecuencias que el mundo globalizado ha generado,  emerge la posible disolución cultural de las identidades de los pueblos. Sin embargo, la investigación, el análisis, las reflexiones y la interpretación crítica de los temas y conceptos sobre cultura e identidad en América Latina lejos están de haberse agotado; estos  resurgen en el nuevo pensamiento latinoamericano con una fuerza mayor tanto en la teoría como en la práctica socio-política en los países de América Latina.
“En efecto, la globalización del capitalismo mundial es un proceso histórico-social  que ha producido, nuevas realidades en el concierto internacional así como transformaciones en las relaciones socio-culturales mundiales. Entre estos cambios resaltan las diversas crisis globales que han alterado la política, la economía, la sociedad y particularmente, la cultura y los procesos pluriculturales e interculturales globales así como la amenaza a las identidades culturales a nivel internacional”.
En América Latina, las identidades culturales y sus nuevas formas de hacer y de pensar, están definiendo los rumbos de  las  sociedades y las naciones latinoamericanas. Se vive  en un mundo en el que van juntos el renacimiento de las identidades locales; aquello que había estado históricamente de alguna forma subordinado, ahora invade y busca reconocimiento y justicia.
“Hoy observamos que son las culturas las que en la actualidad están en pie de guerra, de marcha, de afirmación y explosión. Y lo que demandan los individuos que las impulsan es la libertad para decidir sus propios destinos y libertad para elegir su identidad y sus formas de participación.”
En este sentido, la cultura y las identidades culturales han dejado de ser el reflejo de los dictados de las élites económicas. Ellas ordenan sus propios contenidos y orientaciones sociales, como lo prueban los nuevos movimientos sociales indígenas, que llevaron al poder al actual presidente de Bolivia, Evo Morales.
Las luchas políticas en América Latina y en el mundo, defienden cada vez más el modelo cultural de la sociedad y sentidos de vida colectivos, donde la diversidad cultural, el respeto, el reconocimiento a las culturas nacionales sean tenidos en cuenta, se integren al desarrollo y no sean excluidas de este.
En América Latina, las identidades y culturas tradicionales como las campesinas, indígenas y negras, resisten y construyen nuevas alternativas a la dominación de la globalización cultural, lo que ha  impedido el injerto  automático de otras culturas foráneas por su capacidad de defender lo propio, lo autóctono de estas tierras.
 
De ahí entonces, la importancia y la necesidad impostergable de analizar desde la visión histórica y la perspectiva actual, el pensamiento filosófico y político latinoamericano y los temas de la identidad y la cultura de América Latina, para comprender la ubicación y el papel de la identidad latinoamericana en el mundo global que nos asiste hoy.

El problema de la identidad y de la cultura en el pensamiento latinoamericano tiene      gran un camino recorrido, todos los que han planteado el tema por una causa u otra, han contribuido al análisis que se haga para comprender mejor el impacto que ha tenido el proceso de globalización en América Latina. Entre los más descollantes pensadores a tomar en cuenta para comprender este fenómeno está el cubano José Martí, mostraremos algunos elementos de su concepción de identidad en Latinoamérica.
Desarrollo
Cultura e identidad latinoamericana desde la visión de José Martí 
José Martí y su reflexión sobre la identidad cultural y sobre todo, la cuestión de lo indígena y lo étnico como fundamento de lo latinoamericano, resultan esenciales para el conocimiento de la historia cultural, social y política, de las formaciones sociales de América Latina y a la vez, un marco de referencia fundamental para interpretar el significado del resurgimiento de los movimientos indígenas latinoamericanos en el inicio del siglo XXI.

José  Martí no elaboró una teoría implícita de la cultura, pero los conceptos y reflexiones sobre cultura e identidad si están a través de toda su obra y constituyen elementos  esenciales de ella. Es importante destacar que el pensamiento martiano sobre América Latina constituye un obligado referente para el análisis de lo que nos identifica y diferencia del resto del mundo. Para  ello tiene en cuenta tres niveles de percepción “el que emana del conocimiento de la situación del indio y de las formas de gobierno en aquellas repúblicas latinoamericanas que han preservado algunas de las viejas instituciones coloniales o su espíritu; el que imita críticamente formas de ser procedentes de países con una historia, una cultura y una composición social diferente de las del orbe latinoamericano  y el que se relaciona con la esfera de la cultura, vista por Martí como el gran instrumento que permitiría reducir las enormes disparidades del desarrollo cultural y educativo entre las naciones latinoamericanas y el nivel cultural alcanzado en los países dominantes ”.
En palabras del propio Martí: “A conflictos propios, soluciones propias. A propia historia, soluciones propias. A vida nuestra, leyes nuestras”. En efecto, el fundamento teórico que permite explicar el pensamiento de José Martí es su concepto de identidad latinoamericana, notable para su época por su originalidad, sentido de autoctonía y proyección hacia el futuro. 
              
El pensamiento Martiano puede ser analizado a través de los diferentes momentos de su vida, lo que no implica que” su ideario deje de ser fiel a sí mismo desde sus primeros escritos de adolescente hasta su caída en combate. Sus ideas se sientan, en su toma de partido desde muy joven con “los pobres de la tierra” y, en su palpable voluntad de autoctonía intelectual y de proyecciones sociales.”

Para América Latina, Martí fue quien, en su notable ensayo de finales del siglo XlX, “Nuestra América”, convocó a construir un saber desde lo latinoamericano y para latinoamericanos, que les permitiera a los pueblos de la región, conocer mejor aquellos aspectos que habían sido ocultados por las versiones europeas de nuestra historia y por las explicaciones anticientíficas de la condición de una América Latina atrasada y salvaje;  por preservar los valores de la autoctonía y de la identidad latinoamericana, como modos esenciales del devenir del hombre concreto en su naturaleza social.
El pensamiento martiano siempre giró en torno a la necesidad imperiosa de conocer y resolver los conflictos y problemas latinoamericano por los habitantes de nuestras tierras, que las soluciones tenían que emerger de adentro y no desde otras potencias foráneas.
Para  Martí, los valores que identifican una nación constituían los elementos integradores de la unidad de las diversidades culturales latinoamericanas, pero “fundamentadas en el rechazo a un mundo dividido entre civilización y barbarie y la preservación de las tradiciones y elementos de la autoctonía de los originales de Nuestra América”. En efecto,  repudió radicalmente la concepción europea y colonialista de un mundo dividido en civilizados y bárbaros, visión racista y excluyente, basada en la negación de las diferencias y de las identidades culturales de todos aquellos que no fuesen europeos. 

Martí advertía que en la identidad latinoamericana debían permanecer las tradiciones, los elementos, las costumbres y la idiosincrasia que caracterizan las formas y modos de vida espiritual y existencial de los pueblos autóctonos, originarios de nuestras tierras de América.: “¡El espíritu de los hombres flota sobre la tierra que vivieron y que se le respira. ¡Se viene de padres de Valencia y madres de Canarias y se siente correr por las venas la sangre enardecida de Temanaco y Paracamoni y se ve como propia la que vertieron por las breñas del cerro del Calvario, pecho a pecho con los Gonzalos de férrea armadura, los desnudos y heroicos caracas¡”. 
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El pensamiento de José Martí, se caracteriza por la racionalidad del ideario humanista, por su compromiso con los pobres de la tierra, por la defensa de la identidad de los pueblos del nuevo mundo, por su perspectiva del devenir histórico latinoamericano en su proceso de resistencia y de lucha de liberación, que se ha establecido entre las dos América: la sajona conquistadora y la latina conquistada. Pero el análisis de la identidad cultural en el pensamiento martiano se inicia, a partir de la percepción que nuestro héroe nacional cubano tiene sobre la identidad latinoamericana.
José Martí describió, un concepto de identidad latinoamericana verdaderamente avanzado  y crítico para su tiempo y su época.

 “Interrumpida por la conquista, la obra natural y majestuosa de la civilización americana, se creó con el advenimiento de los europeos un pueblo extraño, no español, porque la savia nueva rechaza el cuerpo viejo; no indígena, porque se ha sufrido la injerencia de una civilización devastadora, dos palabras que, siendo un antagonismo, constituyen un proceso; se creó un pueblo mestizo en la forma,  que con la reconquista de su libertad desenvuelve y restaura su alma propia [...] nuestra América robusta [...] Toda obra nuestra, de nuestra América robusta, tendrá, pues, inevitablemente el sello de la civilización conquistadora; pero la mejorará, adelantará y asombrará con la energía y creador empuje de un pueblo en esencia distinto, superior en nobles ambiciones”.

Temas centrales


-Concepto y característica de la Filosofía Latinoamericana.
Filosofía como teoría general de la experiencia (Risiero Frondizi). La Filosofía es un ser vivo y activo que explica la complicada realidad del hombre y le sirve. Al decir Filosofía Latinoamericana no se niega la Filosofía universal. Los pueblos de nuestra América (José Martí) tienen una Filosofía propia dada por los factores comunes.


Características de la Filosofía latinoamericana:

1)-  Proyección vital (Guillermo Francovich) penetración del pensamiento abstracto en los repliegues de la vida concreta, humana, cotidiana; se mete al campo social, contenido político (Alfredo Carillo), Filosofía del producto social (Luis Alberto Sánchez).

2)-  Complejo de factores comunes mezcla racial, lengua, historia, religión.

3)-  Factor geopsicológico, gran valor de lo telúrico, sentimentalmente distintas concepciones del espacio y tiempo al europeo.

4)-  ELEMENTOS HISTÓRICOS TODO FLUYE HACIA LA INTEGRACIÓN.

5)-  Primitivo espíritu aventurero de los conquistadores lleva a la búsqueda de su propio ser.

6)-  MARCADO INDIVIDUALISMO QUE ACENTÚA LAS DIFERENCIAS IDEOLÓGICAS.

7)-  Proceso de independencia las tradiciones siguen uniendo a los pueblos

8)-  Juventud por su historia que los lleva hacia adelante alejando el colonialismo.

9)-  Sentimiento del tiempo (Waldo Ross) distintos tipos históricos del hombre; el tiempo viene del futuro 
hasta hundirse en un pasado estático.

10)- Aportes étnicos que se funden y forman nuevas complicaciones espirituales.

11)- Cuestiones económicas sociales, la división en clases sociales aún es palpable.

12)- PROBLEMAS POLÍTICOS QUE REPRESENTAN EL DESEQUILIBRIO CULTURAL.

13)- Conmociones revolucionarias ó reaccionarias que afectan a nuestros intelectuales, esto ha alejado las vocaciones filosóficas.

14)- No es un sistema de ideas abstractas sino que se integra por medio de un conjunto de condiciones subyacentes del pensar, del sentir, del concebir y otros supuestos (Humberto Plaza).

15)- No hay uniformidad ni conformidad, la Filosofía se está haciendo constantemente.

EL HOMBRE
El humanismo que aterrizó al hombre que vivía pendiente del „más allá“ lo hizo desarrollar el ansia de aventura y acá se realizó el „más acá“.
El hombre biológico:
Atendiendo al concepto de la raza entre el género humano sólo se pretendía clasificar a los demás seres humanos, no europeos en razas inferiores, al encontrar al indígena se pone en duda la humanidad de éste[1], se justifica la esclavitud tomando al indio como siervo por naturaleza (concepto aristotélico que figura en „la política“), justifican el derecho de conquista, se justifica la suplantación de la cultura.
Guillermo Francovich, dice al respecto, que esa suplantación fue fruto de la hipocresía trascendental tal que su mismo ser se disuelve en moldes ajenos, la raza india como realidad biológica está viva pero su espíritu está muerto.
Samuel Ramos lo denomina complejo de inferioridad que es desproporción entre el ser ideal y el ser real.
El convivir en estas tierras ha ido formando una visión original del mundo que nos da la posibilidad de descubrir la presencia de un ser colectivo en el hombre americano.
Arturo Capdevila decía de los incas: „las razas no son sino tierra hecha hombre, hecha idea“.
La mayoría de investigadores niegan la existencia de un „problema indígena“ y hablan más bien de conflictos económicos, sociales, culturales. El humanismo indoamericano contribuye al humanismo universal. Es necesario descubrir el sentido de nuestro modo de ser en vez de dotarlo.
Ortega y Gasset, „Yo y mis circunstancias“ con esto resaltó el americanismo.
Vasconcelos trata históricamente el „hombre cósmico“.
Romero lo trata como una teoría del hombre.


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Franz Tamayo insiste en que el hombre americano no se comprende sin comprender al indio.
Se debe estudiar al hombre como „mestizo“, llevar al hombre a una situación concreta, estudiar al hombre con las ciencias: Antropología, Paleontología, Sicología.Tamayo es seguramente el más original y multifacético de los hombres cultos que ha producido Bolivia, poeta y político, su obra se sitúa en la corriente modernista por la atención a la forma y por la univesalidad y exotismo de los temas en los que se advierte una amplia cultura helenística. Se inicia con el ensayo y la filosofía con „Proverbios“, prosigue con la tragedia lírica la „Prometheida“, bucea en el nativismo con la creación de la pedagogía nacional que hoy todavía inspira los movimientos ideológicos del nacionalismo boliviano.
Análisis negativo del mestizo latinoamericano:
Buffon que había considerado al hombre americano como una degeneración, al conocer a Benjamin Franklin terminó „rectificando su teoría de la degeneración americana reduciéndola a infeliz privilegio de Sudamérica“.
Carlos Octavio Bunge escribió „Ensayo de sicología social“; „Nuestra América“ mezcla de razas de la que es necesaria una caracterización. El español ó hispánico es arrogante, uniforme, indolente, teólogo, decoroso; el indio es fatalista, feroz; el negro es servil y maleable. Bunge llega a pensar que los blancos unidos a los indígenas constituyen un híbrido y los considera distintos del género humano. Es un ser veleidoso, irritable, carente de personalidad, perezoso. El hispanoamericano es un tipo genérico y común. Pauw afirma: „siempre habrá de sorprender que en todo un hemisferio, antes de 1492 no se tuviera ninguna idea de las ciencias, lo cual obliga a considerar allí un retardo de tres mil años“. No faltaron ya desde los tiempos de la conquista personajes como el dominico Tomás Ortiz que califica los indígenas de caníbales, sodomitas, asnos, asesinos, ingratos, borrachos, viciosos. Incluso intelectuales de la talla de José Félix de Restrepo hablan de las „naciones bárbaras de América“

Caracteristicas de la filosofia latinoamericana


Características de la Filosofía Latinoamericana.


Victoria de Cartula Brú clasificó las características:



1-Proyección vital: a la vida.



2-Producto social.



3-Valoración de lo telúrico, de lo terrrígeno.



4-Sentido de la historia.



5-Proceso de independencia: querer ser propio.



6-Inseguridad juvenil: como es Filosofía joven es insegura, inventa términos.



7-Sentido optimista del tiempo: se mira lo futuro, se ve no lo que se hizo sino lo que se puede hacer.



8-Valoración de los aportes éticos.



9-Preocupación por lo social-político.



10-Connotación revolucionaria.




El tema de la filosofía latinoamericana presenta una duda inicial, José Gaos se ha preguntado “¿Hay razón de ser hombres de lengua española o de América para no satisfacerse con la filosofía, por ejemplo, de lengua inglesa o con la filosofía Europea sino, Asiática?”. Sabemos que la humanidad ha desarrollado una rica tradición filosófica. Las problemáticas que han aquejado a cada época están prolijamente detalladas en una multiplicidad de textos, hoy día, canónicos. Entonces, ¿existe alguna razón para que nosotros, hombres de esta América, no nos contentemos con esta rica tradición? Parece que si, porque la historia de las ideas en Latinoamérica está marcada por un deseo constante de encontrar el camino de la propia filosofía. Si para los primeros filósofos griegos la filosofía es afán de saber, ese afán, en Latinoamérica siempre se ha presentado como la voluntad de dar respuesta nada más y nada menos, a nuestra capacidad y posibilidad de pensar. Tal es el desafío lanzado desde los primeros escritos surgidos en el continente; interrogación por una filosofía americana que se reconoce como un planteamiento desde América y para americanos, problemática que contradice histórica y temáticamente la intención de situar la filosofía como una reflexión referida a problemas universales, eternos, y en tanto que tal, no sometida a determinaciones temporales ni regionales. 






 La filosofía latinoamericana será, entonces, una serie de soluciones dadas a los problemas que interesan a los destinos nacionales; o bien la razón de los pueblos americanos, o bien las leyes por las cuales se llega a los objetivos propuestos. Filosofía comprometida con los problemas más urgentes, los problemas que plantea, por ejemplo, la relación compleja con el mundo occidental, donde las relaciones de subordinación e independencia, no dejan de golpear cada cierto tiempo, obligando con ello, a una actitud política de los pensadores. Actitud que conforma el perfil mismo de su filosofía y que se remonta a los primeros pensadores, los Sarmiento, Lastarria, Bilbao, Mora, Alberdi y tantos otros de la llamada generación de los emancipadores, que al mismo tiempo que reflexionaban sobre los problemas de su tiempo, actuaban para transformarlos. Leopoldo Zea los llama filósofos engagés, “que lo mismo tomaban la pluma que la espada, lo mismo escribían un libro sobre la sociedad que les había tocado en suerte y sus problemas, como un manifiesto llamando a la acción para realizar el cambio que esa sociedad necesitaba” Así, la reflexión que desarrollarán, más que una filosofía especulativa será de carácter práctico, de lo positivo y social, de la formación de criterios en torno a las instituciones políticas, religiosas y morales de sus respectivos países. La respuesta a una necesidad concreta, desafiando con esto, la pretensión de universalidad que la filosofía a ostentado en su desarrollo histórico-occidental. Al respecto, Juan Bautista Alberdi, nos dirá; “No hay, pues, una filosofía universal, porque no hay una solución universal de las cuestiones que la constituyen en el fondo. Cada país, cada época y cada filósofo ha tenido una filosofía peculiar, que ha cundido más o menos, porque cada país, cada época y cada escuela ha dado soluciones distintas a los problemas del espíritu humano”.

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Filosofia Latinoamericana

La filosofía latinoamericana se caracterizó por su subordinación a intereses religiosos y políticos y por su profundo significado social, sin embargo, lejos está el día en que todos tengan igualdad de oportunidades y desarrollo personal.
Es difícil para los pensadores latinoamericanos independizarse tanto de la influencia colonial como del pasado indígena y emerger con un pensamiento propio fruto de una identidad firme y auténtica.
La filosofía latinoamericana necesita descubrir su verdadero Ser, sin dejar de lado su historia ni sus antepasados, porque sería como renegar de los propios padres, teniendo en cuenta especialmente su realidad cotidiana, su ambiente natural, la aceptación del potencial humano y sus condiciones y la elaboración de un proyecto participativo auténtico.
Ninguna filosofía surgió de la nada, todas emergieron como una continuidad o por oposición a notables pensamientos anteriores; sin embargo, lograron notoriedad por el aporte que significaron o por la crítica oportuna que daba lugar a nuevos modos de pensar.
Los griegos elaboraron su filosofía a partir de situaciones políticas oscuras e influenciados por la mitología de antiguas culturas. Su trabajo era un intento de comprender la realidad en que vivían y la búsqueda de formas ideales de organización social, metas que la humanidad todavía no ha alcanzado.


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El pensamiento griego influyó ampliamente en Occidente, que hasta nuestros días se rige por el modelo de cultura greco-romana.


La población nativa latinoamericana fue diezmada y despojada de su c
ultura, aunque todavía permanecen vivos antiguos vestigios de sus antiguas tradiciones mezcladas con las creencias religiosas de sus invasores y arcaicos rituales africanos de la población esclava.
Pero la población colonizadora e inmigrante también forma parte de latinoamérica, con su bagage de tradiciones, religiones y culturas diferentes.
Los latinoamericanos para tener una identidad propia tienen que hacerse las mismas preguntas que se tiene que hacer un adolescente cuando deja atrás la infancia: ¿quién soy, dónde estoy y hacia dónde voy?; porque el comportamiento del hombre latinoamericano expresa la ambivalencia de su propio pasado y la ambigüedad de su cultura.
Con respecto al resto del mundo se siente marginado, como todo el que no tiene muy claros sus orígenes pero que desea desesperadamente pertenecer a un grupo.
Esa necesidad de Ser lo que Es, lo lleva a adoptar modos de ser de otras culturas, con un origen, un pasado y una historia diferente.
El hombre latinoamericano, como un adolescente, quiere parecerse para poder diferenciarse.
El mundo latinoamericano se caracteriza por las riquezas de sus tierras y por la pobreza del hombre. La abundancia que falsamente nos enorgullece, no exige ningún esfuerzo, se puede obtener el sustento casi sin estirar la mano y también muchos se pueden morir de hambre.
Sin saberlo vivimos en un paraíso que puede transformarse en un infierno y que permanece en buena parte sin explorar; a la espera que el hombre nuevo se ponga en marcha y se atreva a ser adulto y dueño de su destino; porque los problemas son más sociales y morales que económicos.
Dejemos atrás la adolescencia y seamos adultos comprometiéndonos con un proyecto que permita a todos acceder a la educación, para terminar de una vez por todas con los excluidos de siempre, que son los que todavía tienen que luchar para hacerse un lugar.
Latinoamérica necesita unirse en una sola forma de pensar que permita al hombre desarrollarse en plenitud y vivir en paz.


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